Nuestras jubilares:

Celebramos esta fiesta de fe con una misa animada, presidida por el Canónigo Forster, en representación de la Diócesis de Maguncia. Estuvieron presentes muchos sacerdotes, representantes de otras congregaciones religiosas y numerosos participantes que compartieron la alegría con nuestras hermanas jubilares.

Un mensaje de nuestro obispo expresó su profundo agradecimiento por la fidelidad y entrega de nuestras hermanas. Cánticos y saludos desde distintas partes del mundo – Perú, Estados Unidos, Corea y Roma – llegaron a las jubilares y a todos los asistentes, recordándonos que formamos parte de una comunidad eclesial y religiosa mundial.

La Eucaristía fue un momento central de gratitud por este camino compartido en la fe. En los encuentros y conversaciones se notaba que, aunque el camino tuvo altibajos, fue siempre guiado por la confianza, el espíritu y la fe firme:

“Soy amada por Dios – sin condiciones.”

“Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”

“Con mi Dios, salto muros.”

“Todo lo puedo en Aquel que me fortalece.”

Una comida festiva, acompañada de una buena copa de vino del Rin, dio un cierre especial y alegre a este día tan significativo.

Agradecemos profundamente a nuestras hermanas por su testimonio, dedicación y servicio a lo largo de los años, y les deseamos muchas bendiciones para el futuro.